¡Hola chic@s!
Los temidos cólicos del lactante suelen comenzar alrededor de las dos semanas llegando a alargarse, en muchos casos, hasta los 3 o 4 meses y afectan entre un 10% y un 30% de ellos, siendo uno de los principales motivos de consulta médica.
Los cólicos son realmente incómodos para el bebé y verdaderamente angustiosos para sus padres, por ello es fundamental saber reconocerlos siguiendo "la regla de los tres": llorar al menos durante 3 horas unas 3 veces a la semana y durante 3 semanas.
Su llanto es distinto, siendo más parecido a un grito y apareciendo de forma brusca sin motivos aparentes, sin fiebre ni vómitos; especialmente al caer la tarde, aunque en algunos bebés, también suele darse por la mañana.
Es entonces cuando, después de intentar mil cosas por calmarle, el pequeño no encuentra consuelo hasta que de repente, el llanto cesa.
Es muy común que durante estas crisis el bebé esté rígido, con la cara colorada y aspecto enfadado, encoja sus piernecitas hacia la barriga y apriete los puños. Además, si tocas su abdomen notarás que está durito y si lo aprietas puede que expulse algún gas.
Como hemos dicho, el origen de los cólicos es desconocido.
Muchos estudios médicos han intentado encontrar la causa, sin embargo no han llegado a ninguna conclusión.
Sin embargo, en casos muy concretos, se a planteado un cambio en la alimentación del bebé, prescribiendo leches especiales y si está siendo amamantado, recomendando a la mamá suprimir el consumo de lácteos.
Si tu bebé sufre cólicos consulta con el pediatra para que éste te indique los pasos a seguir y prueba con los biberones anticólicos y las tetinas anticólicos, ¡notarás la diferencia!
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